El músico Astor Piazzolla, como otros artistas argentinos, obtuvo el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, entidad que el presidente quiere derogar.

Por Pablo Montanaro montanarop@lmneuquen.com.ar

La posible derogación del Fondo Nacional de las Artes (FNA), como parte del proyecto de Ley Ómnibus enviado al Congreso por el presidente Javier Milei, provocó un fuerte y masivo repudio y rechazo por parte de diversos referentes de la cultura ya que este ente autárquico creado en 1958 fue decisivo en la proyección de artistas y creadores argentinos hoy consagrados no solo a nivel nacional sino internacional como Astor Piazzolla, Antonio Berti, Leonardo Favio pasando por María Elena Walsh, Leda Valladares, hasta Marta Minujin, Ricardo Piglia y Beatriz Sarlo, entre tantos otros. «Detrás de cada uno de estos nombres no solo está la historia sino el futuro de la cultura argentina. El cierre del Fondo Nacional de las Artes atenta contra la soberanía intelectual de nuestro país”, expresaron los trabajadores del organismo, quienes rechazaron el proyecto del presidente en un comunicado.

El proyecto que presentó Milei avanza fuertemente sobre instituciones y organismos de promoción del arte y la cultura. Acaso el presidente y quienes elaboraron este proyecto para que deje de existir el Fondo Nacional de las Artes, como otras instituciones culturales (por ejemplo, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales -INCAA- y el Instituto Nacional del Teatro -ITN-) desconocen que este organismo ofrece concursos dirigidos a promover diferentes ramas del arte, algunos para financiar proyectos y otros para ayudar a su finalización teniendo en cuenta que las propuestas fortalezcan y enriquezcan el campo cultural del país.

En el año 1965 Astor Piazzolla pidió un préstamo al Fondo Nacional de las Artes para comprarse un piano Steinway.

En el año 1965 Astor Piazzolla pidió un préstamo al Fondo Nacional de las Artes para comprarse un piano Steinway.

Tampoco saben que gracias al Fondo Nacional de las Artes, uno de los músicos argentinos más importantes a nivel mundial de todos los tiempos, Astor Piazzolla pudo acceder a uno de sus instrumentos que lo convirtió en el reconocido bandoneonista, director y compositor musical.

Cuando Piazzolla regresó a la Argentina en 1960, luego de vivir en Estados Unidos, y formar el «Quinteto Nuevo Tango» con lo que comenzó a revolucionar el tango, hacía tiempos que anhelaba contar con un piano para profundizar su objetivo de incorporar a sus composiciones elementos del jazz, el tango y la música clásica. El músico ya le había puesto el ojo a un piano Steinway cuarto de cola. Se acercó hasta las oficinas del Fondo Nacional de las Artes para solicitar un préstamo con la finalidad de poder adquirir el instrumento.

El FNA había sido creada en 1958 y concebida como un sistema financiero especializado que fuera capaz de promover y prestar ayuda técnica y económica a las actividades culturales y artísticas, inclusive aquellas que sean encaradas con sentido industrial o comercial. y consultó por un préstamo con la intención de poder comprarlo.

Mucha de la música vanguardista de Piazzolla fue compuesta originalmente en el piano Steinway cuarto de cola que consiguió con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes en 1965.

Mucha de la música vanguardista de Piazzolla fue compuesta originalmente en el piano Steinway cuarto de cola que consiguió con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes en 1965.

Piazzolla presentó toda la documentación que se le requería para recibir el préstamo que la institución le otorgó finalmente en 1965. De esta manera, el músico argentino pudo concretar su deseo y adquirir el instrumento fabricado por Steinway & Sons, una compañía fundada en 1853 en Nueva York por Heinrich Engelhard Steinwey, un inmigrante alemán que fabricó su primer piano en la cocina de su casa en Alemania.

Piazzolla recibió el piano en el departamento de la avenida Entre Ríos 505 de la ciudad de Buenos Aires, al que llamaba “Un castillo en el aire”, que compartía con su mujer Dedé Wolff y sus hijos Daniel y Diana. El piano tuvo que escalar los diez pisos hasta el departamento. “Fue en esa locación donde el Steinway le dio la primera de sus célebres estaciones con las que establecía un diálogo tanguero con su admirado Vivaldi”, precisó María Susana Azzi, una de sus biógrafas, en el libro «Astor Piazzolla: su vida y su música».

Con su Steinway, Piazzolla compuso “Verano Porteño” la noche anterior al estreno de la obra Melenita de Oro para la que el dramaturgo Alberto Rodríguez Muñoz le había pedido la música original en agosto de 1965. Le siguió el “Otoño Porteño”, incluida en el emblemático álbum Adiós Nonino grabado con su Quinteto para el sello Trova en 1969 y, luego, “Invierno Porteño” y “Primavera Porteña”.

El piano siguió a Piazzolla en su mudanza a un departamento en la Avenida del Libertador tras su separación de Dedé y le dio clásicos de lo que él llamaba “Música Popular Contemporánea de la Ciudad de Buenos Aires”: “Michelangelo 70”, “Tristeza de un Doble A” y “Oda para un Hippie”, obras que lo mostraban «al mismo tiempo respetuoso y revulsivo hacia la historia misma del tango”, según Azzi.

Mucha de su música vanguardista fue compuesta originalmente en este piano Steinway cuarto de cola que consiguió con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes en 1965. Ese piano acompañó a esta figura clave en la historia del tango argentino y del mundo hasta los últimos días de su vida. Piazzolla murió el 4 de julio de 1992 en Buenos Aires, casi dos años después que sufriera una trombosis cerebral en París que lo dejó postrado.