El investigador riocuartense José Corigliano viajó al Viejo Continente para realizar un análisis comparativo del desempeño de cuatro alternativas para examinar el comportamiento del agua en la zona insaturada del suelo

La cuenca de la laguna La Picasa de 5.500 km², situada en una zona de llanura que abarca territorios de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe, sufre desde hace dos décadas cuantiosas pérdidas económicas a causa de las inundaciones. Frente a esto, la UNRC y organismos provinciales, nacionales e internacionales desarrollan un modelo para evaluar posibles escenarios de cambios en el uso de las tierras, como así también en el impacto para la parte alta de ese territorio conformado por una gran cantidad de lagunas y bañados, según las proyecciones estimadas sobre las variaciones globales del clima.

Los modelos suministran información en cuanto al comportamiento de la cuenca para un mejor manejo de los recursos suelo y agua. Esto permitirá ajustar las decisiones agronómicas, las políticas públicas y las acciones tendientes al logro de un desarrollo sostenible. Se trata de una importante porción provincial: en esa parte del sur cordobés, son 243.500 hectáreas destinadas a la producción agropecuaria.

El docente investigador de la Universidad Nacional de Río Cuarto José Corigliano viajó hace dos meses a Holanda para trabajar en la construcción de modelaciones para la evaluación de la dinámica hidrológica en la cuenca alta de La Picasa en diferentes escenarios.

Estudia la dinámica y la construcción de modelos hidrológicos con diferentes softwares libres y gratuitos de modelación.

Está en el instituto Deltares, que se dedica a la investigación aplicada en agua, subsuelo e infraestructura. Allí lleva adelante un análisis comparativo del desempeño de cuatro modelos hidrológicos diferentes, que examinan el comportamiento del agua en la zona insaturada del suelo.

“La construcción de modelos predictivos permitiría evaluar distintas situaciones climáticas a futuro en la cuenca. Y, sobre la base de esos resultados, se podrían estimar los diferentes niveles de sensibilidad presentes en la misma. Esto significa que, partiendo de una condición de profundidad de napa y balance hídrico en una fecha definida, se podría estar calculando la cantidad de precipitaciones que la cuenca estaría siendo capaz de soportar, y en qué áreas la situación de anegamiento/inundación estaría siendo más comprometida, lo cual hará posible anticipar o concentrar esfuerzos en los sectores de mayor vulnerabilidad”, explicó el investigador.

Mejorar las condiciones territoriales

Corigliano realiza este trabajo en el marco del proyecto Desarrollo Sustentable de la Cuenca alta de La Picasa, para lo cual la Universidad firmó un convenio específico de colaboración institucional con el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba. Participan además técnicos del Inta, de la Universidad Nacional de Córdoba, de la universidad holandesa de Wagenningen y del Instituto Deltares, también de ese país del noroeste europeo.

“El objetivo del equipo técnico argentino, y de las instituciones que participan en el proyecto, es lograr aplicar planes que permitan mejorar las condiciones territoriales”, explicó este ingeniero agrónomo, egresado de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UNRC, docente de la cátedra de Uso y Manejo de Suelo, que actualmente está trabajando en su tesis de posgrado, en el marco de la maestría en Ciencias Agropecuarias, con mención en gestión del territorio.

La de La Picasa es una cuenca endorreica -cerrada-, con un bajo potencial de escurrimiento e infiltración, sin vías de escurrimiento marcadas, que últimamente recibió abundantes lluvias. Es un lugar donde la agriculturización genera degradación de suelos y disminución del almacenamiento de agua. Están a la vista las consecuencias que los excedentes hídricos fueron ocasionando en los campos a lo largo de los años. La laguna ganó terreno y ocupa unos 300 km². Ya se han registrado pérdidas de millones de dólares por los anegamientos sobre cultivos de soja, maíz y trigo, más las que recaen sobre la actividad ganadera. Y preocupa el crecimiento de esta cuenca, que alcanza a 2.500 km² del territorio cordobés, 2.100 km² de Santa Fe y 900 km² de la provincia de Buenos Aires.

Una mirada integral y multidisciplinaria en la cuenca

Este trabajo se lleva a cabo en el marco del memorándum que en noviembre de 2019 firmaron el ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso, y el embajador de los Países Bajos en Argentina, Roel Nieuwenkamp, para trabajar de manera conjunta en relación con la gestión integral del uso de suelo y de agua en la zona denominada Cuenca alta de La Picasa.

Holanda es el principal referente en proyectos vinculados con el manejo de aguas y las acciones para su control y adaptación a las necesidades. Este acuerdo con el gobierno de Córdoba contempla la capacitación de técnicos cordobeses para el manejo de modelos matemáticos de simulación, por parte de profesionales de los Países Bajos.

El prestigioso instituto holandés Deltares recorre distintos lugares del mundo en la búsqueda de soluciones, innovaciones y aplicaciones para las personas, el medioambiente y la sociedad. Su enfoque principal está en los deltas, las regiones costeras y las cuencas fluviales. Y trabaja en colaboración con gobiernos, empresas, otros institutos de investigación y universidades.

El profesor José Corigliano detalló: “El punto es permitir una mirada integral y multidisciplinaria en la cuenca, dado que el aporte de técnicos especializados en diferentes áreas temáticas permite una visión completa, colaborativa y con menor sesgo valorativo de los componentes a evaluar”. Y admitió que para los agrónomos el foco suele estar principalmente en el manejo del agua con una mirada netamente productiva, minimizando otras posibilidades.

– ¿Qué trabajo está haciendo?

– Actualmente resido en Holanda y estoy integrado al Instituto Deltares, el cual realiza investigación aplicada en el campo del agua. Llegué a principio de abril. Trabajo en el análisis comparativo de desempeño de cuatro modelos hidrológicos diferentes, que analizan el comportamiento del agua en la zona insaturada del suelo, esto es, el volumen de suelo que se encuentra entre la superficie del suelo y la napa freática. Esperamos lograr concluir el análisis en los próximos cinco meses de trabajo.

-¿En qué consiste el proyecto Desarrollo Sustentable de la Cuenca alta de La Picasa?

– El convenio tiene por objetivo lograr una mayor sustentabilidad en la parte alta de la cuenca La Picasa. Se cuenta con el acompañamiento y el soporte técnico de expertos holandeses de la Universidad de Wageningen y el instituto Deltares para el desarrollo de metodologías de modelación hidrológica, que colabore con los procesos de toma de decisión sobre el uso de la tierra y el manejo del agua, a través de la construcción de modelos específicos para la cuenca, que permitan evaluar los posibles cambios que se generan en la cuenca con cada decisión que se tome dentro de la misma. Es un convenio que incorporó a técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia, el Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de Córdoba, el INTA, la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Nacional de Río Cuarto.

– ¿De qué se trata el aporte que se va a estar haciendo desde la UNRC?

– La meta es lograr definir la conveniencia del tipo de modelo y el enfoque a aplicar en tierras de planicies pobremente drenadas. Estos modelos poseen múltiples interacciones físicas y químicas entre los diferentes componentes que afectan la dinámica del agua en el ambiente. Desde la UNRC, existe una base de información científico-técnica generada en estos ambientes con más de 30 años de antigüedad, con base en experiencias y registros empíricos que complementan perfectamente con el desarrollo de metodologías predictivas para el estudio de diferentes escenarios climáticos, productivos e hidrológicos, para complementar con los tomadores de decisiones políticos y sociales.

– ¿Por qué Holanda tiene interés en esto?

– Desde Países Bajos existe una política exterior que posee como foco el desarrollo de estudios técnico/científicos en diferentes países del mundo, con el fin de lograr un mejor desarrollo en el proceso de la generación y aplicación de modelos en aquellas tierras con problemáticas relacionadas con el uso, manejo y aprovechamiento del agua. Ahora hay colaboración mutua en el marco del proyecto “Desarrollo Sustentable de la Cuenca alta de La Picasa”. Nos proveyeron una constante guía y asesoramiento por parte de técnicos especialistas durante el proceso de aprendizaje, construcción, ejecución y aplicación del modelo para la cuenca, y la evaluación de posibles escenarios de cambios en el uso de las tierras, o del impacto generado según las proyecciones de cambio climático estimadas.

-¿Dónde trabaja?

– En este momento me encuentro en la ciudad de Utrecht, ubicada en el centro del país. Desarrollo mi tarea diariamente en las oficinas del instituto Deltares, ubicado en Daltonlan. Estoy dedicándome tiempo completo al aprendizaje de la dinámica y construcción de modelos hidrológicos con diferentes softwares libres y gratuitos de modelación. Cuento con el respaldo de un grupo de expertos del instituto Deltares. Trabajamos en conjunto con especialistas de las universidades de Utrecht y de Wageningen.

– ¿Hay muchos desajustes en el balance hídrico de la cuenca?

– Actualmente, se generan ciclos de calma y conflictos hídricos que son puramente dependientes del comportamiento climático. Estos ciclos siempre existieron y la problemática de anegamiento/inundación puede encontrarse en registros históricos de la zona. De acuerdo con estudios realizados por docentes de nuestra Universidad, podríamos definir las problemáticas de balance hídrico bajo dos perspectivas temporales: la primera es la de largo plazo, en la que se ven involucrados procesos como la mecanización de los trabajos agrícolas, el cambio en el uso de la tierra, la disminución de transpiración vegetal por la migración a cultivos anuales respecto de pasturas perennes, el deterioro gradual de las funciones del suelo y procesos de salinización, el suave incremento de las precipitaciones medias anuales y la suba gradual del nivel freático en la región, lo cual torna más susceptible la región a procesos de anegamiento/inundación. La segunda es la de corto plazo, aquella generada por eventos muy marcados, ya sea por grandes volúmenes de precipitaciones ocurridas en pocos días, que generan anegamientos e inundaciones capaces de afectar localidades, escuelas rurales o la red vial de caminos, o la continua carencia de estas, que produce una marcada disminución en el proceso de producción agropecuaria. En ambos casos, la situación es altamente preocupante para los ciudadanos y productores de la cuenca, ya que estos poseen una fuerte vinculación con el desarrollo económico-social de la cuenca.

– ¿Son graves las consecuencias que los excedentes hídricos fueron ocasionando en los campos?

– Las consecuencias generadas por los procesos de inundación pueden ser positivas o negativas. Positivas en aquellos casos particulares de las llanuras altas, donde la gran oferta hídrica generada, la gran cantidad de lluvias, permite obtener rendimientos tan altos que en algunos casos se registran como épocas de récords productivos, mientras que, en otros sectores de la cuenca, las consecuencias son muy negativas, ya que niegan la posibilidad de realizar la cosecha a productores que hicieron una gran inversión económica en esa superficie, a contratistas que no pueden realizar las labores, ascenso del nivel freático, deterioro de los suelos, escuelas rurales que deben interrumpir el dictado de clases, vecinos de las localidades que puedan sufrir inundaciones en sus propiedades, entre otras consecuencias.

– ¿Se pueden mitigar los daños?

– Según los estudios realizados a través del análisis de diferentes escenarios posibles a encontrar en la cuenca, hemos logrado concluir que el uso correcto de las tierras, con una intensidad adecuada a cada sector o área, nos ha generado la mejor respuesta en análisis global, ya que no sólo permite mitigar los daños de eventos climáticos extraordinarios, si no que, como metodología o política de planificación, es el escenario que siempre generó respuestas positivas.

– Esta es una zona con poco desnivel ¿eso agudiza el problema?

– La región en general se caracteriza por poseer un relieve de planicies, con pendientes muy suaves y depresiones en las que se generan lagunas temporales o permanentes. El movimiento del agua en superficie es suave y tiende a concentrarse por períodos de tiempos más prolongados que en zonas de mayor pendiente. Estas características de relieve tienden a agudizar la problemática hídrica, tanto de la superficie como con la napa freática.

Deolinda Abate Daga. Prensa UNRC

Fuente: Puntal