En palabras de Nicolás Naon, el deporte no solo es una actividad física, sino también una herramienta poderosa para el desarrollo integral de las personas. Con esta convicción, Naon lideró un proyecto titulado «El vóley va a los barrios», una iniciativa completamente gratuita que buscaba llevar la pasión por este deporte a las comunidades más diversas, ofreciendo no solo actividad física, sino también oportunidades de crecimiento personal y social.

Un ejemplo destacado de los frutos de este proyecto es el caso de Jazmín, una joven apasionada por el vóley que encontró en este programa una plataforma para transformar su vida. Gracias a su participación, se incorporó al club, donde comenzó a competir y a conocer otras provincias como Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. En cada pueblo donde jugó, forjó amistades, integró selecciones de AVSOS y, más allá del deporte, se formó como persona. Hoy, Jazmín tiene un grupo de amigas consolidado y un objetivo claro: estudiar Educación Física para seguir vinculada al mundo deportivo.

«Qué hubiera pasado si ese programa no hubiera existido? Qué hubiera pasado si el club no se acercaba a ella?», reflexiona Naon, subrayando que Jazmín es solo un ejemplo entre muchos. Historias como la suya demuestran el impacto que el deporte comunitario puede tener en las personas, especialmente en los jóvenes.

Naon insiste en que el deporte no es solo una actividad recreativa, sino una herramienta clave en el desarrollo de habilidades, valores y relaciones que pueden transformar vidas. Programas como «El vóley va a los barrios» son un recordatorio de cómo la dedicación y la pasión pueden generar cambios profundos en las comunidades.

«La importancia del deporte en el desarrollo de una persona es innegable. Es un medio para construir sueños, abrir puertas y formar ciudadanos integrales», concluye Naon, destacando que el deporte comunitario es una inversión en el futuro de nuestra sociedad.